Los estudiosos e investigadores han comprobado, que la convivencia es uno de los factores más trascendentes no sólo para el bienestar y la felicidad, sino para el sostenimiento de la salud total. Los enfoques psicosomáticos y holísticos no tienen sobre esto ninguna duda.
Estos factores (desorganización social, débiles vínculos familiares y soledad emocional) también participan en el desarrollo del cáncer, como fue demostrado por investigadores de la Universidad de Rochester. Quienes encontraron que una alta proporción de pacientes con cáncer son rígidos, solitarios y poco demostrativos. Rehúsan el contacto emocional con otros y logran ocultar exitosamente sus sentimientos de tal modo que nunca se muestran abiertamente afectuosos ni definidamente rabiosos.
Amistad
Para sentirnos felices necesitamos amigos. Sin ellos todos también caemos fácilmente en la apatía, en la inactividad o en la depresión crónica. Esto explica los estrechos vínculos entre el suicidio y la alienación social, demostrados por primera vez por el sociólogo francés Émile Durkheim en su clásico libro El suicidio, publicado en 1897.
Durkheim analizó todos los factores que podían llevar a una persona a quitarse la vida –tales como enfermedades, pérdidas personales y dificultades económicas –pero concluyó que el determinante principal era lo que describió como "cohesión social". Las personas que se sentían parte de un grupo estrechamente unido tenían menor probabilidad de cometer intentos de suicidio que quienes estaban más aislados.
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